Del pensamiento a la boca
Pueden existir mil razones para dejar salir lo que estamos pensando, pero también pueden existir mil razones por las cuales unas se transmiten con la mirada a otras personas, otras se ubican en la memoria temporal para acotarlas luego, en ocasiones se interrumpe y se distorsiona la idea principal, y aprovechamos para cambiar la versión.
En fracciones de segundos pueden pasar otras mil razones para seguir pensando, debo llevar el pantalón azul, la correa gris y mis zapatos blancos, entender el ejercicio de matemática para el examen del martes, pintar el marco de la puerta que sigue estando pelado por falta de tiempo, bajar el balde de agua que se llenó y no se ha vaciado, en fin, muchas cosas por las que se puede seguir pensando.
Lo que sí no podemos dejar de pensar y decir de inmediato son las injusticias que muchos acostumbran a realizar, esas que perjudican a los que tienen menos que ofrecer, debemos decir que tenemos seres humanos dentro de la humanidad, no títeres y marionetas que debemos manipular para ganar el trabajo diario.
Esto me hace acordar de ciertos gremios, como iglesias, gobiernos, clanes racistas, entre otras comunidades que piensan, actúan y hacen mal, yo pienso, a veces actúo, pero aún no hago el bien, ni tampoco el mal, me pregunto ¿llegará ese día que tenga que actuar? Opciones:
- Hacer un bien.
- Hacer un mal.
Espero y aspiro siempre cumplir la primera opción porque en estos últimos días se me ha ocurrido hacer la segunda.