Caminos para quienes vendrán
No soy experto en colgar la ropa, en hacer arepas, planchar, leer, escribir, hablar o comunicarme. No soy experto en todo eso y en muchas cosas más, pero considero que lo poco que sé de todos esos ejercicios, por decirles de alguna manera, los aprendí de la mejor, de mi mamá.
Es increíble cómo los caminos, los destinos, los encuentros, la separación y todo lo que conlleva sumergirse en lo más profundo de la vida, sus rutas y sus matices nos coloca en una posición de esperas, de anhelos, de sosiego, de zozobra. Posiciones de altibajos, sentimientos, alegrías y tristezas. No existe una Wikipedia que documente y enseñe los valores que aprendemos en el seno de una familia. Cada persona es un mundo, cada núcleo familiar es un sistema solar y cada sociedad es un universo.
En esta época que se habla mucho de los múltiples universos o multiverso, que se describe el espacio y la galaxia, no sé si lo que sucede aquí dentro de este diminuto mundo se repite o se proyecta allá afuera en el espacio exterior pero lo que sí sé es que cada vivencia nos enseña algo, un valor agregado. Pienso que es parte del combustible para la energía y desarrollo de nuestra especie.
Todos esos valores transmitidos de padres a hijos o de abuelos a nietos o de una persona a otra no van porque sí por casualidad o por azar del destino, cada valor va encadenado a un todo que se va amoldando poco a poco, calzando en su lugar y ajustando este enorme rompecabezas sin patrón definido, un paisaje que solo se contempla con serenidad, orgullo y admiración cuando continuamos andando y cada paso es más seguro, más certero. Porque el trayecto de lo vivido nos permite mejorar en tal sentido que no percibimos el misterio, la razón y el por qué de las cosas.
Solo en un próximo futuro volveremos a mirar el retrovisor y recordaremos a esos padres, abuelos y personas que nos ofrecieron su ápice de sabiduría para continuar construyendo esta maqueta intrincada de la vida, para continuar ramificando caminos para quienes vendrán detrás de nosotros.