¿Podemos estar perdidos?
La emoción y la sensibilidad son dos elementos esenciales del ser humano que nos diferencia un poco más de los animales. Estos, unidos a su vez con la razón, la conciencia, la reflexión y la comunicación. A través de la sensibilidad podemos producir una emoción, la sensibilidad pudiera establecer una conexión entre nuestros sentidos y nuestro consciente, nuestra razón y lógica.
Si por alguna razón esta conexión no se produce pareceríamos robots, solo seres lógicos y programables. Pudiéramos ser entes programados para desempeñar un determinado rol en la vida, la sociedad, los esquemas preestablecidos que demandan necesidades inexistentes para la existencia misma, pero necesarios para el sustento de la máquina productiva económica.
Una máquina que se van moviendo según el hilo del titiritero, según la condición y conveniencia en determinados momentos y épocas. La emoción y la sensibilidad se están sesgando poco a poco, y se orientan hacia una dirección que no tiene nada que ver con la vida, con el crear y el soñar, o con alimentar el cuerpo pero también alimentar el alma, si no se fundamenta un ápice de alimento al alma, entonces podemos estar perdidos.