Rasgos de desesperanza
No es la única vez que he escrito acerca de la desesperanza, la desesperanza que hoy siento es la del mundo entero, hace poco se realizó una reunión en la ONU, no sé si para bien o para mal, lo que sí sé, es que cada año se realiza y cada año el mundo va de mal en peor.
Por un lado la crisis económica que agobia a los “políticos”, “líderes” y jinetes del mundo, por otro lado, la crisis de la demografía en países pobres y poco sustentables, por otro lado la crisis demográfica en países que creíamos estaban bien, pero resulta que por razones de los primeros países, se desarrolló un éxodo extraño, y un montón de gente nueva en los segundos países demuestra que los recursos no son suficientes.
En el oriente medio, la crisis del Estado Islámico, al norte de Europa la crisis con Rusia y sus países vecinos, en Corea del Norte su respectiva crisis, en Centroamérica también, y así uno va sumando y sumando situaciones que ciertamente no son nada agradables para quienes tenemos una flama encendida de humanidad.
Pero, ¿qué debemos hacer para revertir todo esto? cada nación está al borde de la locura empezando por la indiferencia, porque pareciera que el ser humano está predispuesto para la guerra, indispuesto para la paz y dispuesto para la indiferencia. Un patrón de conducta que quizás está más cerca de la locura que el patrón de conducta de quienes viven muy de cerca estas crisis.
Pero realmente lo que nos está afectando a todos por igual, es esa indiferencia, esa capacidad de experimentar fuera de “nuestras tierras” acciones sinsentido que propagan más y más la indiferencia, sin un ápice de compasión o amor al prójimo.