América es nombre de mujer
Y Latinoamérica también.
Caben muchas palabras, recuerdos, sentimientos y emociones. Cabe todo, porque todo lo que somos y hemos sido desde que el hombre es hombre nace del amor, del amor a nosotros, del amor a otros, del amor al entorno que nos rodea y nos da vida. Todo lo que somos es porque estoy, estás, estamos.
Hoy conocemos del reconocimiento a María Corina Machado, ciertamente yo no soy el mayor y fiel seguidor de ella, tampoco lo he sido de ningún otro político.
A veces el seguir a alguien o algo, incluso a una ideología, generalmente obliga a marcar una ruta hacia un culto, una obsesión, un fanatismo.
Pero lejos de seguir o no seguir esas rutas que otros trazan, está el sentido de la justicia, la valentía, los valores.
Muchos podrán marcar sus causas y motivaciones basadas en: el cómo habla, cómo viste, cómo se expresa, dónde está socialmente, hacia dónde me puede llevar.
Es decir, pueden marcar sus fanatismos precisamente en el bienestar individual, propio, personal.
No es un secreto que son unos tantos los políticos que se han ido dejando vencer poco a poco por el poder que reprime y oprime a Venezuela desde hace varios años hasta la actualidad. Han decaído, han dejado sus pasos ahí y sin vergüenza alguna se retiran por la tangente y desisten, se cansan, perecen en el camino y se rinden.
Un premio internacional, un premio de la paz, obedece a un número determinado o quizás indeterminado e impreciso de obras tras obras, de acción tras acciones que se van acumulando en pro y consecuencia de eso, de la paz.
Acciones honorables porque no es defender la libertad apuntando con fusiles, muchas son las personas que han recibido reconocimientos por mantener la paz en varios lugares del mundo y en circunstancias diferentes.
Ahora lo ha recibido una mujer, Venezolana, elegida de entre más de trescientos postulados. Esta mujer ha permanecido allí constante.
Y no sé ni estoy seguro de si tiene pacto con “el gobierno”, no sé si tiene pacto con X o Y causa asociada al “gobierno”. Pero lo que sí sé es que mientras otros han huido, ella permanece. Y en medio de todo parece hacerlo con honestidad.
Este premio no es solo por ella, también es un símbolo, un mensaje poderoso sobre la realidad de que los hechos vividos durante más de 25 años en Venezuela, no deben quedar impunes.
Este premio es una luz, no al final del camino, sino un foco de atención y señalización de en dónde está el verdugo. Es una luz que marca dónde está el siguiente objetivo, y ese objetivo es terminar con el régimen.
He vivido desmarcado de la realidad venezolana por algunos años, he vivido un poco desconectado y eso a veces me lleva a cuestionarme y hacer reflexión si realmente lo he hecho bien o mal.
Si realmente he sido un cobarde y desinteresado. Es importante resaltar que lo reflexiono porque a veces me digo que también puedo hacer más. Aún así me alivio sabiendo que como sea debo poner mi granito de arena aunque no sea actor principal de esos hechos.
Y fuera de mi reflexión, miro, escucho y analizo la explosión de emociones de otros tantos.
Hay personas felices, contentas y llenas de regocijo. Otros tantos están en contra, furiosos, marcados aún por heridas que son difíciles de sanar. Y en cierto modo los entiendo, todos hemos sentido la traición y el desaliento en muchas oportunidades.
Hoy después de tantos años, seguimos con un poco de anestesia, con ganas de asimilar y despertar, de saber si realmente todo esto es verdad. Estamos con la ansiedad de saber qué paso será el siguiente, cuándo y cómo se dará.
Pero lo más importante de hoy es saber que el premio es un llamado de atención pública, global, es una antorcha que se vuelve a encender y es el momento de no despotricar si es o no aliada de “el gobierno”, de si está enchufada no le hacen nada. No es momento de separarse cada uno en su trinchera digital.
Creo que es el momento de reflexión, silencio y calma. Debemos esperar, esto es otro paso más de tantos e innumerables pasos que ya se han dado.
Es un paso que define claramente que quienes realmente quieren un cambio radical en el país debe hacerse con una acción tan contundente y tan contraria a todo lo que promulga “el gobierno”.
América es nombre de mujer, no porque hoy se manifiesta a través de un premio a una mujer, no porque se le haya concedido a una paisana, sino porque dentro de cada región del continente americano ha habido acciones desconocidas para nosotros que han sido puntos de inflexión en la realidad y la vida misma del continente, acciones llevadas en la clandestinidad por mujeres valientes.
Además, hoy se refleja y se reconoce la participación firme del papel femenino como punto de partida para los cambios, como un símbolo más que manifiesta el nacimiento y renacimiento de una nueva vida.
