Mi cuarta parada
Platja d’Aro, un hermoso pueblo o micro ciudad dentro de la localidad de Costa Brava. Un clima muy agradable, gente bastante amable, mucha gente extranjera al igual que yo. Fue muy corto el tiempo que estuve allí, unos 2 meses y algo quizás. Pero en ese corto tiempo y lo que pude conocer, me agradó, sobre todo la gente, muy amable y bien dispuesta a aportar una que otra información, a pesar del idioma. En Platja d’Aro se habla catalán.
Las casas y sus calles me recuerdan mucho a una infancia lejana en mi ciudad. Los árboles entre pinos y espigas con un sutil contraste a orillas de un mar que vive su dinámica según los barcos que transitan a lo lejos. Un constante oleaje pequeño pero que de vez en cuando se alebresta y salta sin avisar.
Pero es un pueblo/ciudad que no avisa cuando el frío llega, puedes estar muy tranquilo en un fresco agradable pero de repente un frío cortante. Así que si visitas Platja d’Aro, siempre lleva tu abrigo bajo el brazo.
Espero volver a visitar este peculiar pueblo/ciudad. O pueblo moderno, no sé como catalogarlo.