Si quieres salvar al mundo
Si quieres salvar al mundo deja todo: familia, amigos, religión, incluso la ideología que te motivó a salvar al mundo; porque para salvarlo primero deberás salvarte a ti mismo.
Si no haces un cambio radical en ti no lograrás cambiar al mundo, y no es un fetiche o moda tradicional de frases filosóficas antiguas.
Por ejemplo, en los protocolos de viaje en un avión, antes del despegue te recomiendan que durante un accidente te mantienes a salvo para luego salvar a otros, si así lo deseas. En la vida es igual.
A nivel físico resulta complicado salvar vidas con un pie cojo, con un brazo mocho, con problemas respiratorios; a nivel moral resulta difícil salvar vidas con una falta de conciencia o una falta de cultura.
En los rescates, primero debemos estar conscientes de nuestra condición, saber que somos capaces de cumplir con el objetivo, si no es así, durante el intento de salvación podemos fallar cuando descubrimos que nuestra condición está mucho peor que la de quienes requieren ser salvados.