En la educación hay una parte de la solución
Desde pequeño siempre he sido consciente en que la educación no proviene del grado académico que alcanzamos estudiar, de hecho, una pequeña parte de nuestra educación proviene de las escuelas e institutos educativos y dentro de esa pequeña parte, quienes inciden más en nuestra educación son las personas que están a nuestro alrededor, en el día a día.
Una institución académica podrá creer tener un gran sistema educativo y tan óptimo como sea posible para llevar a cabo la formación de buenos profesionales. Pero son muchos los caracteres que se enfrentan dentro de un mismo espacio físico, son múltiples pensamientos, emociones, experiencias, vidas. Todo ese conjunto reunido en un mismo lugar es difícil moldearlo a tal punto en que todos piensen igual, cada uno vendrá con su opinión y manera de pensar diferente, todos serán maestros y alumnos del otro a su lado, incluyendo de su profesor.
La educación moderna debe mirar hacia el individuo, sus valores, sus necesidades, sus habilidades innatas. Descubrir la magia que hay dentro de cada quien, desarrollarla, realzar todo el talento, abrir los caminos necesarios para que cada quien se posicione en el lugar que le corresponde en la sociedad y de una mejor manera posible.
Es una tarea no tan sencilla, pero pienso que si familia y sociedad en general trabajan en función de rescatar esas potencialidades de quienes nos suceden, entonces en un futuro no muy lejano podremos ver resultados satisfactorios, donde cada individuo tendrá plena capacidad de percibir y sentir los valores de quienes le rodean. Después de eso, dudo mucho que habrá vejación de unos contra otros.