Esa conciencia debe cambiar
De pronto muchos dirán que sin gente como esta el mundo no avanzaría o no tendría lo que tiene ahora. Pero ¿Qué mundo? ¿Qué avance? ¿Cuál gente?
En este punto todo es subjetivo en cuanto a cómo es el avance que debería tener el ser humano y si realmente hemos tenido un avance. De por sí, el ser humano tan pequeño en el universo y tan complejo a la vez, lo que unos podrán ver como un avance otros lo verán como un estancamiento.
Existen miles de factores, aspectos, dilemas, ideas, ideologías, políticas, religiones, creencias, leyes y pare usted de contar para sacar conclusiones de que estamos estancados. Y existen millones de razones contrarias por las cuales pudiéramos decir que hemos avanzado desde el inicio de la razón del ser humano.
Pero también pudiéramos decir que el estancamiento se basa en que por ejemplo aún existen guerras, aún existen personas padeciendo hambre, existen personas sin techo, existen personas sin relaciones sociales y existen personas con otro sinfín de padecimientos.
Es posible que se mire esto como: cada quien debe procurarse lo suyo. O que ningún gobierno está en la capacidad o en pleno deber de sustentar la vida de cada ciudadano de su país.
Pero en términos de necesidades básicas se debería hacer un paréntesis, en términos de equidad y repartición de los bienes de una nación también se debería hacer un paréntesis. En términos de saber cómo gobernar se debería hacer un GRAN paréntesis. También en términos de individuo, sociedad, educación, salud, ciudadanía y todo lo que conlleva a relacionarnos como especie deberíamos hacer un paréntesis.
Pero lo triste es que entre paréntesis y paréntesis lo extraordinario empieza a ser común y lo común ya no le damos importancia porque permanece en el constante de nuestra vida cotidiana y se hace “natural” para la vida.
Y no, no es así, pudiéramos decir que el avance del mundo y del ser humano se debe más a una razón política o una razón económica o una razón tecnológica (cualquier aspecto tecnológico) o a una razón filosófica. Pero todo eso es un punto de vista de cada quien desde su parcela, el otro avance más significativo pudiera ser el conocimiento y la cultura.
Incluso para la cultura se ramifican muchas aristas soportadas por la creencia propia de cada pueblo y sus integrantes. Hasta se han creado subculturas dentro de las culturas tradicionales. Es difícil desagregar todo, determinarlo, clasificarlo, organizarlo; es difícil desmenuzar y sacar con pinzas lo que puede estar bien y lo que no.
Al final la dificultad está en que también desde nuestro entendimiento, cultura, conocimiento, educación y formación ciudadana hacemos una evaluación y determinación, clasificación de los hechos que nos indica más o menos hacia dónde inclinar la balanza de lo que pudiera ser un avance o un estancamiento.
La riqueza del ser humano está en su habilidad de superarse cada día, saber cómo hacer mucho con lo poco, hacer de lo poco mucho, construir un mundo de la nada con lo que tenemos a nuestro alrededor. Y esa riqueza precisamente se alimenta de la diversidad de todo lo anterior, de las culturas, los conocimientos, las ideologías, las políticas, las leyes.
Y aunque quizás en cada una de las sociedades que conforman un país, un mundo, tengan en mente y presente que sin una conjunción de conocimiento diverso no hubiésemos crecido como especie hasta estos tiempos, no dejamos de tener la actitud de un lobo de Wall Street, la actitud de vencedor, ganador, caníbal sobre los caníbales.
Pobre especie, esa conciencia debe cambiar.