No hablo de política
Hablo de sociedades, de economía, de trabajo, de seres humanos, de animales, del servicio, de ser mejores, de ganar amigos, de olvidar rencores; hablo de ir más allá de los sentimientos y entrar en observaciones, no quedarnos con los racionamientos y practicar un poco más el razonamiento.
Muchos me dicen y me explican cosas que aún no entiendo, cosas que por ley natural no son lógicas, cosas que involucran la conducta, el vivir, lo cotidiano, me dicen cosas que rayan en lo absurdo en un momento en el que la transparencia dejó de existir hace mucho tiempo, intentan convencerme de algo que no le consigo principio, pero es que insisten tanto, que igualmente no le consiguen fin.
Es pues, que ahora de todo lo que me dicen, de todo lo que hablo, de todo lo que se escucha, se oculta, se muestra y se demuestra, me dicen que no hablan de política, pues yo tampoco lo he hecho en ningún momento, el detalle y único problema de hablar de todo un poco, es que el monopolio de todo lo tienen unos pocos.
Y cuando de los muchos temas tocamos a dichos pocos vinculamos, pero no queremos hacer daño, no queremos causar un cataclismo o un magnicidio, solo queremos que no ocurra todo lo contrario.
