La distancia es corta
Nunca pensaste en que ibas a conocer esa persona que te iba a llenar de felicidad, la misma que de vez en cuando te iba a llenar de amarguras, la misma que de vez en cuando te iba a llenar de triunfos, la misma que te llenaría de derrotas, esa persona que conociste porque tú lo quisiste así, esa persona que conociste porque tal vez fue un error que no era el momento de conocer, sin embargo la respuesta de que esa persona sí era la indicada de conocer en ese momento lo definiste tú, porque tenías antes de conocer a esa persona el poder de elegir si la deseabas o no.
A lo largo de muchos años compartieron aventuras, tú cuidando de ella, ella haciendo de ti un ser más comprensivo y maduro, quizás entendiste el valor de la vida, esa persona te dio a conocer en muchos sitios y también ayudó a desarrollar tu personalidad, gracias a ella te levantabas con la frente en alto porque tenías que día a día dar todo por ella, porque se lo merecía, porque asumiste el compromiso de estar con ella en las buenas y en las malas.
Lloraste por ella en placer, lloraste por ella en amarguras, la extrañaste en momentos de distancias temporales, la sentiste tuya cuando otra persona llegó a su vida, sentiste celos porque no es digno de la otra persona, porque no puede ser, porque no es el momento, porque tiene mucho para darte todavía, sin embargo al final piensas, meditas y recapacitas, sí.
La viste nacer, crecer, le diste la educación que necesitaba, le enseñaste el bien y el mal, no la desamparaste en los momentos más difíciles de su vida que a la vez era tu vida, dejaste tu huella en ella porque te sientes responsable de que hará un buen papel como el que tú hiciste por ella, por eso piensas, recapacitas y meditas: “Mi hija, ya es hora de que vuele sola, ya es hora de que sea responsable de sus propios actos, ya es hora de que vele por su propia vida“; sabiendo que a la larga algún consejo vendrá a buscar de ti, que volverá en sus momentos difíciles porque sabe que tú hiciste lo mejor por ella y que no la defraudarás, sabe que seguirás siendo su querido papá.
Acotación. Pensando en las muchas veces que pienso en el deber de una madre ¿Qué pasaría en el caso de un padre? ¿Qué haría un padre al saber que su hija ya no es una niña sino una mujer? Su inocencia pasa a ser relevada por la de los hijos que tendrá y que serán sus sueños cumplidos, su logro obtenido, su triunfo en la vida familiar.