Espíritu, energía y luz
Todos soñamos con vivir una vida placentera, feliz, tranquila, sin imprevistos o inconvenientes, sin lidiar con la angustia, la tristeza, el dolor. Muchos de estos esquemas de búsquedas de sueños y vida placentera no creo que sea un estereotipo formado, pienso que es una necesidad intrínseca del ser humano, buscar la manera de ser mejores, de estar bien.
Las personas que salen de sus hogares, de sus tierras, de sus países, de su gente; estas personas salen por la simple razón de buscar eso, sentirse plenos, realizados, buscar satisfacer la necesidad de bienestar. Al final es eso, una necesidad de bienestar. Lamentablemente a través del tiempo el hombre ha ido creando barreras tortuosas, barreras que no significan nada. Quizás cimentadas en religiones, creencias, estigmas invisibles pero a la vez indelebles.
Aún mantengo mi idea de que Dios no se alimenta del sufrimiento humano como algunos argumentan. Porque si existe un gran maestro creador de todo lo que vemos ¿cómo iba este creador querer destruir su propia creación?
Somos parte de su creación y no creo que nos quiera ver destruidos, sufriendo, lidiando y agonizando por toda la eternidad o hasta que este pequeño planeta deje de existir.
Lo cierto es que seguimos un curso de vida, una transición que termina en muerte, pero es una muerte física, después de esto no sabemos, tenemos fe en conseguirnos en el más allá en espíritu, energía, luz.