Espero que mamita entienda nuestra felicidad
Así le contestó mi abuela (mamita) a mi mamá a través de una llamada vía WhatsApp. Es ahora la manera en la que nos comunicamos mis hermanos, mi mamá y yo, debido a que de manera casi forzosa y obligada debimos salir de Venezuela cada uno por su lado, las razones son innumerables.
Cualquiera diría que fue una carga de egoísmo salir del país, dejar atrás todo lo construido, separarse de la familia, amigos, sociedad; cualquiera diría que es fácil y sencillo realizar ese viaje fuera de lo que se delimita y conoce como territorio nacional. Pero para alguien que solo vivió de manera honesta, sencilla, bien habida, no es sencillo volar fuera del nido sin saber si conseguirá un buen árbol y ramas en dónde construir uno nuevo.
El mayor riesgo para alguien común que abandona su país es empezar de cero sin tener nada, después de construir una base mínima en más de 12 años por cuenta propia y 30 años de vida sobre una misma ciudad. Por otro lado la sombra de la depresión, la añoranza, el terrible deseo de tener cerca a las personas que amas, el clima, la comida, los amigos, la rutina y después los sueños, esos sueños nocturnos que te hacen dudar si lo hiciste bien o lo hiciste mal, pesadillas.
Nos fuimos para no vivir esclavizados o faltos de artículos de primera necesidad, nos fuimos para no morir en cualquier esquina porque alguien fácilmente me quiso quitar lo que quizás con mucho esfuerzo logré tener, nos fuimos porque posiblemente mi manera de pensar me tendría encerrado en un cuarto de cuatro paredes, preso en una jaula de miedo.
Por ejemplo aquí está una lista de mi felicidad:
- En silencio
- Y por eso la extraño
- Un pueblo en Venezuela
- El cuatro desafinado
- Tradición fuera del hogar
- El cuatro en el corazón
- Cultura sin límites
- Sentimientos heridos
- Ocaso
- Lo que recoge la memoria
- Escudo protector
- Se ha vertido sobre el mundo haciéndose universal
- Presencia
Hemos debido comenzar de cero, cada uno por su lado, cada uno repartido en un punto diferente de este mundo, sin siquiera compartir la mesa de la comida para conversar nuestra experiencia del día, sin poder abrazarnos, besarnos, sentirnos. Espero que mamita entienda nuestra felicidad.