Una parte de tu mismo núcleo
No me separes de tus conocimientos o de tu ignorancia, pero si deseas hacerlo, sepárame de manera abrupta y tajante. Porque desde antes de conocernos, desde que nos conocimos y desde que dejamos de vernos después de conocernos, eso que ignoro y conoces de mí, eso que conozco y conoces de mí, eso hasta el tiempo en que anduvimos juntos o recorrimos un trozo de vida conociéndonos, eso cambió.
No me etiquetes después del tiempo ausente, no digas que soy así o de tal otra manera. Dí que fui, dí que fui de esta o aquella manera. Porque cuando volvamos a vernos tendremos que volver a conocernos, descubrirnos nuevamente, aprender y estimar si lo que somos ahora coincide como coincidimos aquella vez. Ambos recorrimos rutas diferentes y vivimos experiencias diferentes que de alguna manera nos hicieron cambiar eso que fuimos.
Si después de volver a conocernos volvemos a coincidir en muchos aspectos, entonces la vida nos está permitiendo retroalimentar nuestros seres, reenergizar nuestra amistad, nuestra simpatía o nuestro amor. La vida nos está permitiendo cumplir un ciclo en este universo, tú como mi sol y yo como tu planeta o yo como tu sol y tú como mi planeta.
Si no sucede el reencuentro, entonces fuimos simples cometas fugaces pero que algún mineral muy dentro en nuestro núcleo nos dio una razón para aprender y llevar con nosotros esas lecciones a otros planetas, otros universos, otras vidas, otros destinos. Pero allí permanecerá, en nuestros núcleos y eso es lo que arrancarías de ti de manera abrupta si decides separarme de tus conocimientos o de tu ignorancia, una parte de tu mismo núcleo.