Y por eso la extraño
Los recuerdos no se borran de un plumazo, debo admitir que cada recuerdo en mi memoria me transporta a un lugar, un tiempo, una razón que sin comprender sucedió y dejó una huella en mí, en alguien cercano, en muchos alrededor.
Cuando entramos en esta época del año muchos recuerdos afloran y empiezan a crear una mella en la conciencia de la felicidad, la nostalgia, la añoranza de quizás revivir aquellos tiempos, buenos tiempos que dejamos atrás y sé que no volverán.
Por tal razón mantengo esos recuerdos, porque aunque no podré revivir el momento físicamente, mi alma se llenará de gozo produciendo un sí certero en que valió la pena haber vivido esas épocas, esos momentos. Extraño inmensamente hacer presencia en la tradición de mi país, hacer música, crear un eslabón más en la cadena para quienes vienen detrás sostengan con su propio eslabón, enlazar lo más hermoso que el ser humano puede dejar como legado en el mundo: la hermandad.
Cuando esta época entra en Venezuela siempre se escuchan canciones que solo el diciembre venezolano conoce, porque son repertorios musicales llenos de felicidad, compasión, reflexión, balance en la situación, de esperanza y fe. Son canciones autóctonas que involucran un conocimiento universal, traducen una cultura milenaria dentro de un mundo moderno, interpretan valores sin fronteras. Es una riqueza que no se consigue o se consigue muy poco en cualquier otro lado. Fue una dicha haber nacido dentro de esa riqueza y por eso la extraño.