De la queja a la vida
A veces uno va por la vida quejándose de todo, que si el calor, el frío, la lluvia, la sequía, el sol, el tráfico, la casa, los niños, el gobierno, la sociedad, en fin. Y dentro de ese tabulador de quejas unas serán siempre más intensas que otras, porque unos temas serán más incidentes que otros, pero aunque nos cueste creer muchas de las barbaridades que vemos a diario son realidades que realmente asumimos llevar como tal, y creo que al final nuestra queja está de más.
No niego que también paso muchas veces y quizás más tiempo en modo de queja que en modo de vida, es como un switch que activa un grillo crítico que va viendo todo lo malo y a su vez regando en pleno mediante una queja, más en la actualidad cuando vemos que cada esfuerzo se hace mayor, cada paso y cada carga se hacen más pesados para alcanzar una meta, un objetivo.
Sin embargo y a pesar de los pesares, debemos tener presente que cada día es un milagro, un presente, una nueva oportunidad de vernos, corregir, seguir; muchas veces caer y caer nos enseña cómo levantarnos de la mejor manera, y sé que lo que digo es muy difícil de asimilar porque a mí me cuesta mucho esa parte.
Pero veo casos a mi alrededor que realmente son casos muy críticos y lamentables en donde participan personas felices, felices porque tienen el switch en modo vida y responden a ella, a la vida, tal cual como se presenta con altibajos, derrotas y triunfos. Personas que están a nuestro lado enseñándonos que así debe ser, debemos pasar ese switch de la queja a la vida.
