Pedro
En la actualidad la iglesia católica ha sufrido grandes ataques en contra, no es de ahora que se presentan dichos ataques, siempre en todas las épocas del ser humano se han dado batallas en nombre de Dios, culpando simplemente a religiones fanáticas que profesan el mandamiento de Yavé o el mandamiento de algún ídolo religioso.
Recientemente he visto y leído acerca de la falsedad del primer Papa, Pedro, muchos religiosos evangélicos dicen que Pedro no tenía el perfil de un Papa y mucho menos se había autoproclamado Papa, también dicen que mejor que Pedro fue Pablo, quien no creía en las palabras y evangelizaciones de Jesús, pero un cambio en su vida lo llevó a ser uno de los más grandes ponentes del evangelio de Jesús el hijo de Dios.
Sin embargo digan lo que digan, se revele lo que se revele, Pedro será siempre el digno ejemplo de la personalidad de cada uno de nosotros, Pedro fue incrédulo, terco, rebelde, negó a Jesús como su amigo y seguidor, fue un traidor. Pedro en una sola persona resume nuestra personalidad, nuestra forma de ser, somos fáciles de comprar, de convencer, fáciles de traicionar y negar.
Pedro demuestra que de él se hizo la iglesia, según dicen que fue la piedra angular, a mi interpretación siempre he considerado que la iglesia está dentro de cada uno de nosotros, somos templo de Jesús y dadores de vida, porque somos semejantes a Dios, nuestras acciones pueden fácilmente dar más vida a quien la necesita y quitar la vida sin razón.
Pedro es el reflejo de nuestra clandestina vida, aquel que lloró como niño cuando cayó en cuenta que olvidamos el mayor de los presentes en esta vida, la amistad.
Quizás Pedro no fue Papa, quizás asumió algo que no consideró digno de él, quizás lo hizo con soberbia, pero fuera lo que pasara en aquella época, Pedro dejó para la historia que no somos perfectos y podemos arrepentirnos de nuestras acciones.