El legado
Ceguera.
Una sociedad dividida, una religión, una fuerza armada estigmatizada, damnificados desde el año 1999, un intento de golpe de estado en el año 1992, un golpe de estado en el año 2002, empresas básicas quebradas, empresas expropiadas y quebradas, una deuda con China de más de $40,000,000,000.00; una alta inflación económica, poderes políticos monopolizados, una moneda devaluada y un largo etcétera.
Es difícil inclinar la balanza hacia un lado positivo, pues en muchas de las buenas intenciones siempre existe una carga de conveniencia, condición, quizás no es lo mejor para ofrecer, pero realmente importa la cantidad, poco en este caso la calidad.
Cuando enfocamos la vista y hacemos nítida la imagen, se visualizan rostros de personas que sienten en su corazón una afiliación sentimental, es peligroso porque no es bueno jugar con los sentimientos de las personas, así se siembran los resentimientos que serán los frutos de una desesperanza convertida en ignorancia plena de los acontecimientos, los hombres iluminados actúan así, encandilan sentimentalmente a quienes los miran.
La confianza se gana con el respeto, muy poco respeto se vive actualmente en una sociedad donde la anarquía del poder popular se hace presente en el semáforo, en el mercado, en cualquier lugar donde sea que estemos presentes, incluso en nuestra propia familia, cuando unos deciden ver y otros deciden vendar sus ojos para ser guiados por un lazarillo.
No será coincidencia que en poco tiempo digamos: “como quería…”; ya está pasando, así como probablemente pasó en nuestra historia: “como quería Bolívar…”. Pero no pasará mucho tiempo para que también como Bolívar se olvide el: “como quería…”. Hasta que en unas cuantas décadas retomen el caso, porque el perfil tradicional de quienes dirigen la nación siempre es atender su situación personal y posteriormente la del resto.
Así pasó, está pasando y pasará, solo hasta que nuestra cultura como ciudadanos, como familias, como miembros de un mismo sistema comience a cambiar, ese cambio se dará cuando realmente exista una conversión en la educación desde el padre hasta el hijo.
Cada individuo debe tomar conciencia de que lo que está sucediendo nos va a perjudicar enormemente, no en el futuro sino en nuestro presente más inmediato, debemos marcar otro rumbo, si seguimos así, terminaremos siendo colonizados legalmente por otro país, hipotecaremos hasta nuestras vidas y seremos relegados del cargo de ciudadanía, nuestro futuro será la esclavitud.
Como nos dijo Juan Pablo II una vez: “Venezuela, despierta y reacciona”.