Ideales
¿De qué vale escribir, de qué vale pensar, de qué vale respirar cuando sabemos lo que va suceder? Recuerdo una frase “¿Merecemos la vida?”; escribí esa frase y todo el resto del contenido de ese escrito porque en ese momento por un lado me sentía feliz, mis cosas iban tomando rumbo hacia algo, creía en algo, por otro lado me sentía triste porque fuera en el exterior sabía que estaban pasando cosas que no me perjudicaban pero sí a otras personas, fue así que me inspiré y escribí ¿Merecemos la vida?
Ahora en este preciso instante ha llegado a mí el mismo sentimiento aquel; camino, leo, pienso, miro la TV, escucho a la gente y vuelvo a pensar: ¿En realidad merecemos la vida?
Pues, ahora siento la tristeza pero no la alegría por ciertos motivos. La integridad humana se basa, a mi criterio, en la responsabilidad, la libertad, el trabajo, el conocimiento de las cosas, el estudio, la educación del hogar, la apertura de opiniones, la interpretación, el desarrollo mental, el desarrollo físico, la sencillez, quizás me falten algunos rasgos más.
La idea principal del tema es que la sociedad vive gracias a la libertad, elegir y opinar nuestros pensamientos e ideales, se debe a que alguien nos prestará el apoyo y por lo menos escuchará nuestra opinión. No comprendo cómo personas que son elegidas para un cargo público en dicha sociedad puede luego hacer y deshacer con los pies lo que con las manos hemos logrado. No entiendo cómo personas que llegaron a donde han llegado le den la espalda a las que le apoyaron en todo momento, es inimaginable entender cómo personas pueden elegir por nosotros, pueden someternos a las exigencias que nos imponen.
Pisando el ámbito de no entender nada, entiendo menos algo que he ido analizado a través del tiempo: ¿Por qué ha de existir armas, ejércitos, armas químicas y explosivos? ¿De qué o de quién nos vamos a defender?
La soberanía de un país debería ser la frontera de la atmósfera y el intercambio de culturas entre otros países. Es decir, en el mundo cada país se distingue por el acento, su idioma, la música, los rasgos físicos, la cultura general; solo con eso somos diferentes, solo nos bastaría con respetar esas diferencias, apreciar las virtudes y transmitir las nuestras sin imponerlas.
Somos miembros del mundo y no solo de un simple país.