Un grillete de la libertad

June 25, 2018
Reflexión

Y un buen día despertaste con el entusiasmo de cambiar internamente, sentías que era el momento justo y necesario para hacerlo, para crecer de manera personal, pero no todo quedó allí, después de ese primer despertar, despertaste otro sueño que era el de transmitir ese entusiasmo de cambio, de transformación, una forma de trascender compartiendo dicho sueño, porque pensaste que todos también merecen cambiar para mejor, para bien, para la superación.

Y así poco a poco recopilaste todos los secretos de la vida, del caminar, las pruebas, los retos, las angustias, los triunfos, las derrotas. Reuniste todo ese material para realizar un contenido bien nutrido con supuestas normas y reglas para saber cómo navegar sobre el mar de las incertidumbres y cómo caminar los senderos pedregosos y empinados. Reuniste una serie de claves y herramientas que mostraste con una oferta de inversión.

Fue una tarea ardua y laboriosa el hacer publicidad de tu llave mágica, visitar centros de difusión, mover un tornillo aquí, ajustar otro más allá. A veces quedar debiendo hasta lo que no tenías a la mano. Dejando un tanto tu honor por el suelo, guardando la vergüenza en el escaparate de los sentimientos, usando un traje de orgullo con un gran botón decorativo con su respectivo lema: yo sí puedo.

Coraza tras coraza, engaño tras engaño, duda tras duda; capas de lo que no eres para alcanzar ese sueño, que mellan en el alma cristalina de tu sueño inicial, en el entusiasmo de aquel despertar, cambias de algún modo la esencia de tu ser y en el subconsciente te sientes culpable, te sientes enojado contigo mismo, no lo notas pero se va adhiriendo paulatinamente una gasa y otra, te cubren la herida sin curar, sigue allí latente. El sueño es más costoso de lo que pensabas.

Ves tras de ti una lista de faltas, de quejas, de compromisos incumplidos; tus puntales poco a poco te van dejando sin haber culminado la construcción de una base sólida. Vas teniendo conciencia de la magnitud de tu proyecto, te das cuenta que el despertar de tu sueño incursiona en la realidad y tambaleas sobre tu plataforma débil, sin cimientos.

¿Realmente cambiaste de manera profunda como para empezar a cambiar a los demás? ¿Cambiaste todas tus caretas por otras que te dejan insensible? ¿Eres practicante de lo que profesas?

Para cambiar al mundo primero debes cambiar tú, pero de manera real dejando de lado muchas cosas que en primera instancia te dejarán vivir más libre, cumplir los compromisos que tienes sueltos porque paradójicamente no te dejarán avanzar tanto como quisieras. La vida no es solo mostrar una falsa felicidad, también existe la verdadera felicidad, la que nace en el fondo del corazón.

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