Aparcando los sueños
Ponerme al día con lo que me gusta, con lo que quisiera seguir haciendo, con lo que comencé a hacer, con todo eso que me llena y me da esperanza, ponerme al día con todo eso me resulta un poco difícil. Los días pasan más deprisa de lo que pienso. El pensamiento, el elemento que yo creía era más veloz que la velocidad de la luz, se ha ido ralentizando a medida que han ido incrementando las responsabilidades, las necesidades y la ardua tarea de estar bien más con los demás que conmigo mismo.
Al final solo es decisión mía, muy bien pudiera ser hasta que me sature y termine cansándome o hasta un segundo antes de que lo anterior suceda, pero es decisión mía. Todo lo que pueda soportar, todo lo que pueda sobrellevar y mantener en buena forma y de la mejor manera posible, es también de alguna manera sentir que voy progresando y creciendo, creciendo en sabiduría. Lo poco que pueda aportar, sé que es muy poco, entonces lo daré, lo daré sin menospreciar que todo lo que me gusta hacer y quisiera seguir haciendo esté aparcado esperando por mí.
Pero si en un futuro esa espera de mis sueños y anhelos no los lograría concretar, quizás simplemente hubiesen sido una distracción para desenfocar la mirada en esos detalles que ahora estoy armando como rompecabezas abstracto. Un paisaje que solo veré cuando la incertidumbre de la cotidianidad empiece a despejar sus productos y sus leyes que entorpecen el crecimiento de los seres humanos.
Cada quien ve la vida de una manera distinta, no soy la excepción, puedo estar equivocado en muchos aspectos pero también en otros puedo tener toda la razón.
