Sapos y libélulas
En la naturaleza existe un caso muy curioso donde ciertas especies experimentan una simpática cadena alimenticia, es el caso de los sapos y las libélulas.
Las libélulas nacen en forma de larva, pero una larva depredadora en su medio ambiente, se desarrollan en pequeños estanques de agua donde convergen muchas otras especies. La larva de libélula es muy poderosa, tiene una mandíbula retráctil que puede ser vista como algún invento de ciencia ficción, hasta podría imaginarme a la mandíbula del Depredador de la película viendo dicha larva espeluznante.
Así nace el sapo, en forma de larva igualmente, con la peculiar cabeza con cola, sin extremidades, no muy ofensiva como la libélula, un tanto pasiva y comen alguna que otra impureza del estanque o pequeño refugio de agua.
Por durante un corto tiempo, se topan estos dos seres, donde la libélula es depredador superior logrando comer en ciertos casos algunos renacuajos de sapos, siendo estos últimos sometidos y pasados al lugar más bajo de la cadena alimenticia. Esto sucede hasta que la libélula sale del estanque para transformar su anatomía, pasa a ser una especie de animal terrestre y volador, circundando a mucha velocidad con sus cuatro alas.
El sapo por su parte, sigue siendo un poco más anfibio, pasa tiempo en el agua y tiempo en la tierra, también se transforma en un ser dependiente del oxígeno del aire para respirar. Cuando se produce la metamorfosis los papeles de ambas especies cambian, donde el máximo depredador del área pasa a ser el sapo, logrando muchas veces alimentarse de libélulas.
En la vida podemos llegar a tener cierta relación con estas especies, una etapa podemos ser larvas de libélulas o libélulas, en otra etapa podemos ser renacuajos o sapos ¿Qué etapa prefieres? ¿con cuál te identificas más?
Viendo el círculo infinito que nos presenta la naturaleza se me hace difícil inclinarme por alguna de las condiciones, sin embargo, preferiría pertenecer todavía a mi especie, la especie humana.
Vivimos en constante metamorfosis, a diferencia del sapo y la libélula, somos superiores en razonamiento y entendimiento de las cosas, más aún, fuimos creados bajo otro concepto, anatomía, capacidad, entre otras características que nos benefician en gran magnitud.