Metáfora de una canción

March 01, 2017
Música Venezuela

Cuántas canciones se hicieron con otra propuesta, con otro sentido y de repente te das cuenta que usándola de metáfora para tu realidad, la puedes aplicar a otra situación, a otra propuesta, a otro sentido. Cuando estaba pequeño, siempre fui afanado por escuchar canciones, herencia de mis padres, hasta que incursioné directamente en la música.

A medida que pasan los años, me doy cuenta que cada canción tiene una historia y una propuesta, de las que recuerdo muy a fondo es Óleo de una mujer con sombrero de Silvio Rodríguez, recientemente volví a escuchar la canción en una versión muy sutil del disco Amoríos, también de Silvio, se me ha pegado nuevamente la melodía y un tanto de la letra y se me encienden los motores del pensamiento.

Leí que él la escribió por recuerdos y observaciones de pinturas de Marc Chagall, sin embargo particularmente, la tomé como metáfora e imaginé muchas cosas, así que copiaré parte de la letra de la canción y en cada estrofa o frases, haré mi interpretación metafórica con mi situación actual:

Una mujer se ha perdido
conocer el delirio y el polvo
se ha perdido esta bella locura,
su breve cintura debajo de mí
se ha perdido mi forma de amar
se ha perdido mi huella en su mar

Una mujer es mi nación, perdida, hundida en otra realidad que nunca conocí, algo que ya no es mi tierra, mi gente. Se ha perdido de mí, de mi presencia, de mi locura de amar, de la presencia de muchas personas que han partido escapando de ella. Nunca habrá un amor diferente para otras como para ella. La ausencia de mi huella en su mar, ese gran mar que la representa.

Veo una luz que vacila
y promete dejarnos a oscuras
veo un perro ladrando a la luna
con otra figura que recuerda a mí
veo más: veo que no me halló
veo más: veo que se perdió

Veo una esperanza que vacila, que está presente, que se aleja, que duda mucho y promete dejarnos. Un ciudadano cualquiera en la noche muriendo de hambre aullando a la luna antes de dormir, casi desahuciado, pidiendo auxilio, una figura que me recuerda a mí en algún momento similar en otra situación. No halló a su “salvador” en su auxilio, se perdió. Ladró a esa figura importante que le prometió y nunca llegó.

La cobardía es asunto
de los hombres, no de los amantes
los amores cobardes no llegan a amores,
o a historias, se quedan allí
ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar

Finalmente, quienes gobiernan son hombres, no son amantes de la nación. Son amores cobardes que no hacen una historia real, no llegan a nada, ni el recuerdo los quiere recordar, ni las poesías los puede rimar.

Una mujer innombrable
huye como una gaviota
y yo rápido seco mis botas,
blasfemo una nota y apago el reloj
que me tenga cuidado el amor,
que le puedo cantar su canción

Una mujer que en mi realidad casi no quiero nombrar, ese nombre de mi mujer de mi nación, de gente que huye como gaviota carroñera. Me sacudo el polvo de la nostalgia y continúo. Digo una grosería y apago el recuerdo. Los que dicen que aman, que la aman “de verdad”, tengan cuidado porque tengo mucho qué decir e incluso puedo cantar lo que quiero decir.

Una mujer con sombrero,
como un cuadro del viejo Chagall,
corrompiéndose al centro del miedo
y yo, que no soy bueno, me puse a llorar
pero entonces lloraba por mí,
y ahora lloro por verla morir

Una mujer con sombrero, esa Venezuela que siempre fue una dama pero maltratada, aún así, saliendo adelante superando la “valentía” de un hombre. Dibujada siempre en el recuerdo de los más grandes como en un óleo de Chagall. Hoy sumergida en un miedo absurdo, sé que no soy bueno porque la dejé atrás, casi olvidada también, quizás no debería decir nada, pero igual me pongo a llorar. Mi nación ahora llora por mí porque la abandoné y yo lloro por ver morir esa nueva realidad que la embarga.

Acá la música completa

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