Hijo Ismael, hijo Isaac, padre Abraham
Hay muchas cosas para decir sobre una guerra, pero la primera es que cese, que pare, que termine la guerra.
Según se dice que Abraham tuvo muchos descendientes después de un tiempo muy extenso sin poder concebir hijos, Dios incluso le concedió tener hijos e incluso le pidió sacrificar uno. No se sabe a ciencia cierta si esta historia es real o leyenda, no se sabe. La actualidad nos ha demostrado que muchas de las historias que se han contado en la Biblia y otros libros religiosos tienen muy poco de verdad.
Incluso existe el relato de que Abraham tuvo a su primer hijo con su sirvienta y luego otro hijo con su esposa. pero en las culturas antiguas seguramente como algunas culturas modernas, existía la poligamia como práctica natural para dichas sociedades, donde si no existía descendencia inmediata del patriarca con una mujer, se debía intentar con la siguiente, y pienso que basados un poco en la actitud de las manadas de animales.
Habría que retroceder mucho en el tiempo e imaginar cómo era vivir en aquellos tiempos entre bestias dominadas por el hambre y sed de sostener la especie, la supervivencia y el sobrevivir, habría que posicionarnos en una era donde se pensaba que el pequeño rebaño, la pequeña comunidad hecha tribu, todo tan distante de un lugar a otro, sin medios de transportes tan rápidos, sin medios de comunicación tan inmediatos, generaran una incertidumbre del porvenir de dicha familia, de dicha tribu.
Y aunque aquellas épocas quizás fueron muy hostiles hasta tal grado de llegar a actuar como animales para hacer prevalecer la especie sobre las demás, esta época, este curso actual del ser humano con más tecnología, cultura, comunicación y si se quiere crecimiento espiritual, nos describe que una guerra no tiene fundamento alguno, porque muchos de estos fundamentos ya no obedecen a incertidumbres.
Quizás nos falta erradicar esas historias pasadas de nuestras vidas, tomar el aprendizaje que nos puedan dejar y dejar como simple anécdota lo que pudo haber sido tener dos hijos y que ambos tomaron rumbos diferentes porque creían que era su naturaleza actuar así.
Porque hoy la vida nos demuestra que existe un mundo finito y posiblemente único que no podremos dejar por otro hasta que se demuestre lo contrario, pero si respaldamos toda nuestra vida de manera ciega en las historias sin discernir, sacar lo bueno y lo malo de estas, sin tomar la moraleja para superarnos como especie finalmente quedaremos sin historia y sin especie.