El hombre valiente
El hombre valiente está en riesgo cada minuto de su vida, está sumergido en un mar de incertidumbres, miedos, conquistas, recompensas.
El hombre valiente es humilde, cae, se golpea, aflora su herida pero por un momento se detiene, se levanta y sacude el polvo de su cuerpo para continuar. Con una experiencia ganada, con una nueva virtud conseguida.
El hombre valiente depende de su propia experiencia, trasciende porque las comparte aunque quede desnudo y vulnerable, para el beneficio de todos no se queda con nada, lo entrega todo.
El hombre valiente defiende la libertad, la justicia, la hermandad. Es un referente de vida humana porque su esencia es ser humano.
El hombre valiente también duda, se equivoca, recapacita y corrige.
El hombre valiente se mira al espejo cada día más desenfocado, más fuera de este mundo, más ajeno de su propia vida, aún así se anima, se dice que todo irá bien, se dice que el día es nuevo y el mundo está en movimiento.
El hombre valiente continúa hasta el final.