Eco de nuestra propia voz
A veces no es el compromiso sino el fin de lo que hacemos. Muchas veces presentamos síntomas de desánimos o apatía en un trabajo, proyecto o cualquier acción en la vida y ese desánimo quizás no va ligado a la flojera, el desconocimiento o la falta de compromiso. Más bien puede estar fundamentado en el carácter o finalidad de dicho proyecto o acción.
Por muchos años me interesaron muchas cosas, llevarlas a cabo, poner todo el ímpetu y empeño en cualquier cosa que hacía. Pero por alguna razón he llegado a un cierto punto en el que a veces no veo la finalidad de lo que estoy llevando a cabo o la tarea encomendada, pareciera que en el subconsciente alguna voz me dice: oye, esto no es lo que quieres hacer, esto no te está satisfaciendo, esto no está alimentando tu ser.
Es lo que muchas veces he escrito en cuanto a los talentos o el ser de una persona, muchos consiguen a temprana edad lo que son y desarrollan su área de manera espléndida. A estas alturas debo decir que he pasado por una serie de tareas, trabajos, experiencias, he trabajado con personas en grupo, de manera individual o de manera híbrida, de manera presencial y remota. Pero reconozco que durante los últimos años ha sido más difícil poder asimilar o congeniar con un proyecto.
Analizando muy en el fondo el hecho de desanimarme con un trabajo propuesto retorno al recuerdo de esos trabajos que he tenido y me miro en retrospección buscando cuál de tantos me hicieron sentir vivo y con ánimos, me hicieron sentir que estaba en el lugar correcto, que estaba haciendo lo que me gusta.
Muchos vamos persiguiendo nuestros sueños, pero el hecho de la necesidad de comer, vivir y sobrevivir en este mundo a veces un tanto injusto, nos coloca en una posición de dejar de lado el sueño y andar dando tumbos por la selva que no conocemos, a veces sin herramientas, sin equipo explorador, siempre incursionando con lo que se tiene a la mano, experimentando y llevando la descarga de agua fría de quienes no comprenden la posición en la que estamos y cómo nos sentimos.
Es incómodo porque no todos viven de la experiencia ajena y por el compromiso hacemos hasta lo imposible por hacer el trabajo que nos encomiendan, pero por el compromiso rompemos la fidelidad con nosotros mismos para sumirnos en la más profunda desilusión de la vida y la respuesta que nos da a cambio de nuestro esfuerzo. Una respuesta de vacío o un eco de nuestra propia voz.