El dios de la providencia venezolana
Por lo general, muchas personas que se identifican con un gremio, un ideal,otras personas o cualquier otra cosa, crean una alianza y fidelidad que cala hasta el punto de defender esa identificación a capa y espada, aunque la alianza sea degradante, lo importante es no sentir que se está equivocado.
Pero sucede que muchas alianzas perjudican a un gran número de personas que están día a día en la búsqueda de nuevas soluciones, nuevos progresos, cambios hacia un buen sentido; es lamentable ver en Venezuela cómo se ha degradado la conciencia del ciudadano, desde que le empezaron a mantener la flojera, se conformaron y hoy, sufrimos una desestabilización sin precedentes, un secuestro íntegro de todos los poderes públicos y privados, una falta de respeto hacia ese mismo ciudadano que confió y sigue confiando en las políticas que hoy definen a la patria.
Un fracaso total en el que cualquier persona capaz de darse cuenta emite una opinión y puede ser juzgado, simplemente por el hecho de hacer reflexión ante la decadente situación. No cabe en la cabeza que quienes quieren salvar los pellejos de los venezolanos, siempre son sentenciados y juzgados como traidores a la patria, un mundo al revés; hoy son muchas las personas ciudadanas y simples espectadores en el ámbito político que han dado voz y lucha pacífica ante la situación y que han sido injustamente encarcelados por manifestar la deshonra que el gobierno viene materializando día a día.
El dilema está, en que así como muchos hacen voz de conciencia, salen otros tantos a defender ese ideal, creyendo ciegamente en que “Dios proveerá”, ciertamente Dios provee en el modo en que vayamos poniendo de nuestra parte, porque si nos sentamos a esperar que todo caiga del cielo estaremos fracasados.
Es así cómo un gobierno pobre en determinación y cordura, ha ido poco a poco deteriorando más a Venezuela, al venezolano, a la identidad del pueblo, esperando que todo caiga del cielo, quizás China, Rusia o algún otro país se compadezca, pero lo que hay que estar claro es que esa compasión siempre viene con un anexo de condición, y la condición siempre va en el ganar para ellos y perder para nosotros.
Por otro lado, gran parte de lo que ahora vivimos, es precisamente por esa gente afiliada al gremio que sigue defendiendo ciegamente las cosas que no están correctas, simplemente por el orgullo y la pena de reconocer que están equivocados. Está difícil la situación.