Como un árbol
Como un árbol, las personas que han vivido mucho tiempo en un lugar determinado han hecho raíces muy largas y difíciles de arrancar. Si por alguna razón la vida les quiere ofrecer otro sitio para vivir será casi imposible mudarlas, sus raíces están tan adheridas a ese suelo. Trozar el tronco no es la idea pero es la sensación que han de sentir cuando de manera abrupta dejan el suelo que les nutre para echar raíces en otro. Es una situación un tanto complicada pero esta es una analogía.
Somos seres humanos que por naturaleza deberíamos ser una especie nómada de acuerdo a las condiciones ambientales establecernos en un determinado lugar, sin límites. Por otra parte, también la Tierra nos ofrece innumerables sitios dónde vivir, dónde hacer cultivos, dónde hacer una distribución equilibrada de la sociedad y los suministros que se requieren para el sustento y vida.
Esto pasaría en un mundo perfecto, somos perfectibles, pero no hemos alcanzado la perfección en ese aspecto. Hoy son grandes las masas de personas que huyen de sus raíces para conseguir hacerse de unas nuevas en otras latitudes, quienes sufren más estos éxodos generalmente son las personas mayores, los niños lo llevarán como recuerdos y un tanto de estrés interno.
Finalmente, recuerdo una frase que dice algo como: no huimos de un lugar, huimos de las personas.
Mayormente es la razón principal por la que se abandona la tierra enraizada.