Mi posición en el equipo
No importa si fui delantero, defensa o central, lo importante es que cuando me encomendaron un trabajo lo hice sin protestar, lo hice de manera pausada para que saliera de la mejor forma posible, las veces que me tocó trabajar en grupo usé todos los recursos disponibles para fusionar con los demás, cuando me tocó trabajar en solitario, fue igual, de vez en cuando una actividad proactiva siempre es bien recibida, sobre todo cuando el resultado es satisfactorio y conveniente para todo el equipo.
No fue necesario resaltar, no fue necesario creer que sabía, no fue necesario imponer ideas, no fue necesario desprestigiar el trabajo de los demás. Lo único necesario fue hacer mi parte, colaborar con quienes pude colaborar, ayudar.
Fue necesario aprender durante el camino, fue necesario ser honesto, sincero y transparente al momento de expresar, demostrar que si no existe, se hace, se crea, se inventa. Fue necesario romper paradigmas, inclinar la balanza del lado de la creatividad y la imaginación, más que del lado de la negación.
En el peor de los casos, asumir la responsabilidad y corregir, en el peor de los casos demostrar que se pueden mejorar los procedimientos, dejar advertencias, comunicar y transferir el conocimiento a los demás.
Para ocupar una posición en el equipo tuve que trabajar mucho, tuve que escuchar, lidiar con mi ignorancia, vencerla y estar, estar presente para apoyar, estar presente para llegar al objetivo final porque mi posición en el equipo era estar en ese momento allí, sea cual fuese mi posición, era estar y cumplir, así era.