Los atardeceres que quisiera
No estamos exentos de los caprichos de la naturaleza, la naturaleza cumple una condición según la ley física que rige sobre ella y nosotros pocas veces vamos fluyendo en ella, casi siempre nos resistimos y hacemos lo imposible para contradecir sus normas.
Generalmente andamos buscando las maneras de contradecir lo que por ley natural se da sobre este mundo, vamos haciendo maniobras suicidas, atrevidas, vamos inconformes con lo que la vida nos regala y queremos “arreglar” la situación de algún modo. Unos tantos ni pendientes del asunto porque están agotados de ver ir y venir las olas de las tendencias y la moda.
Eso complica un poco el panorama porque entre los inconformes “arreglistas” de la vida y los indiferentes en sus respectivos asientos persiguen un bienestar particular, sin mirar a un lado que se nos derrumba una parte de nuestras vidas y ahí quedan ambas huellas marcadas, las que un día la brisa borrará sin condición especial.
Quisiera unos atardeceres más tranquilos.
