¿Hacia dónde vamos?
Ya en la actualidad no debemos crear debates de religiones, sexo, política, cultura, leyes; debemos crear debates de pensamientos, de presente, de supervivencia; debemos crear debates de hacer sustentable la vida del ser humano para el futuro, por los vientos que soplan todo quiere girar entorno a la vanidad, el poder, la autodestrucción.
Nos estamos quedando sin terreno, se están acabando las pequeñas obras de humanidad que por años muchos hombres han construido y que igualmente otros tantos han tratado de destruir pero que por naturaleza hemos recobrado y rescatado porque en sí el hombre no es solo un compendio de maldad, también posee una fibra que está destinada a la compasión, sensibilidad, fidelidad entre cada uno de nosotros, si seguimos marchando ciegos hacia una calle ciega, nos daremos contra un muro inevitablemente.
Hoy con todos los pronósticos de guerras, cambios de género, justicias divinas (hechas por hombres), transculturización, nuevo orden mundial, impedimento del vivir (leyes y castigos). Todo se ha convertido en una paradoja porque para solucionar una cosa rompes el principio del ser humano, una cosa transgrede a la otra, es momento de reflexionar, de soltar las riendas de ese caballo de guerra y confrontación, porque finalmente pelear y agredir por cualquier ideología que estemos seguro sea la mejor siempre estaremos rompiendo esa premisa de que sea realmente la mejor.