Tarea difícil pero debe ser obligatoria
Es arriesgado escribir sin antes revisar lo que se expresa, pero la situación lo amerita, sobre todo cuando se desea expresar o sacar o drenar un sentimiento, una sensación, una situación que ata un nudo en la garganta y no deja respirar tranquilamente.
A veces padecemos dolor por situaciones muy básicas, situaciones que luego meditamos en el momento de mayor calma y finalmente la conclusión es pensar que no valió la pena el invertir energía, energía mala en aquello vivido. Fue innecesario.
Pero en el momento del clímax, si se le pudiera decir así, en ese momento de mayor estrés y confusión de la situación, ese momento nos lleva al lado más animal de nuestro ser, el lado más básico del ser humano, ese lugar donde el raciocinio no tiene cabida y no tiene invitación formal.
Luego, en el estado pacífico de nuestra alma, esa reflexión profunda, esa búsqueda de los porqués y esa retrovisión de lo sucedido, nos permite llegar hasta el espacio más profundo de nuestro mar de pensamientos, de nuestros sentimientos y nuestro ser, nos permite corregir en nosotros algo que hicimos mal. Perdonarnos, pedir perdón y seguir. Es una tarea difícil, pero debe ser obligatoria.