La ventana ahumada
La ventana es un gran invento que forma parte esas cosas que permiten darnos refugio, ya sea casa, apartamento, oficina, auto, local, entre otras cosas que tienen como mínimo una ventana; algunas abren otras no, unas son cristalina, algunas usan cortinas, otras persianas y otras papel.
Las que usan papel pueden variar dependiendo del papel que se le pegue, generalmente el papel es ahumado con la característica de ver de adentro hacia afuera, también eso dependerá de dónde sea mayor la intensidad de la luz, donde hay más intensidad de luz se visualiza más ese lado que en donde hay menos intensidad.
Cada persona por naturaleza crea una ventana para su alma, hay quien pensará que no tiene alma y que esa alma no mueve el conjunto de electrones recorriendo nuestro cerebro que envía órdenes a nuestro cuerpo como medida de respuesta a un estímulo.
Pero cuando hacemos énfasis en la fuente de esa energía cerebral, esa capacidad de hablarnos internamente y cuestionar o discernir, no hay respuesta concreta, real y convincente de esa fuente de energía, el caso es que muchos manifiestan esa característica muchas veces de manera egoísta, no dejan que nada entre a través de la ventana que solo se abre cuando permitimos el paso de otras voces, otros aires, otras luces.
Muchos cierran sus ventanas y como medida de seguridad las cubren de un papel ahumado muy intenso en oscuridad, que por alguna razón no quieren permitir que nadie vea el interior de lo que quizás sea un sitio desordenado, arruinado, todo fuera de lugar o probablemente vacío.
La persona que tiene su ventana libre sin recubrimiento es capaz no solo de ver de adentro hacia afuera sino también de mostrar todo su interior de la manera más transparente posible, e incluso es capaz de irradiar una luz más intensa que la que se propaga fuera de ella, esa luz que ilumina otras almas que cambian de papel cuando ven que esa luz puede iluminar también el interior de otras almas.