De lo mucho y de lo poco que digo
Tengo muchas cosas qué decir, tengo muchos temas guardados aquí en mi blog, temas y aspectos de la vida diaria, del comportamiento humano, de todo lo que hace que actuemos de una u otra manera. Ya son bastantes temas, escribo un borrador aquí, una nota allá, algo por otro lado, incluso he escrito al menos unas 5 letras con estructura musical.
Todo de alguna manera como desahogo del día a día que he llevado en los últimos meses o quizás el último año vivido. No he podido armar y culminar todos estos temas por temor a desahogarme mucho más de lo que debería, porque pienso que no debería hacerlo desde el enojo y ciertamente es eso, son temas fundamentados desde el enojo y la insatisfacción de sentirme encerrado, amarrado, herido.
Siento que en parte es mi manera de ser, quizás una persona bondadosa, compasiva, altruista si se quiere, me hace actuar e ir más allá del deber, de ponerme en la necesidad del otro, de atenderla, de solventar su pesar, de atender el llamado de atención. Pero estas atenciones al final se están convirtiendo para mí en deudas pendientes, donde cada quien toma lo que doy, lo recibe y se da la vuelta.
Posiblemente es una mala comunicación, una mala interpretación, una mala gestión de atención a dicha colaboración o ayuda y lo que cada parte sale ganando y perdiendo. Pero he sentido que en la mayoría de los casos creo que salgo perdiendo más de lo que debería y el otro sale ganando más de lo que debería.
Y es cuando me digo a mí mismo si no sé explicarme o la gente está tan metida en sus asuntos que no saben interpretar. No sé si no sé relacionarme como persona e intento ser lo que decía mi mamá: un redentor. Y esto obedece a un refrán que ella misma me decía: el que nace redentor muere crucificado.
Ahora más que nunca empiezo a sentir eso. Ciertamente no estoy para redimir las necesidades de los demás, y más cuando dichas necesidades obedecen a un trabajo que me lleva salir de mi vida diaria y sumergirme en eso, trabajar, trabajar y trabajar. Enajenándome por entero de la vida diaria y viviendo una vida de solo trabajo y más trabajo. Porque otra parte de mi forma de ser es sentirme satisfecho con lo que hago, que lo que hago debe quedar perfecto o casi perfecto, que el resultado final debe quedar óptimo.
Al final siento que a nadie le interesa eso. Sigo remando y no sé si esto tendrá sentido alguno.