Nómada en una era digital
Con la no tan reciente moda denominada: Nómada Digital; se desprenden un montón de oportunidades tanto para los que proveen un servicio como para quienes requieren de este. Quizás es un modelo de negocio que se viene produciendo desde mucho antes de lo que se piensa y ahora con un mundo cada vez más globalizado se ha hecho un lugar significativo entre las posibles posiciones laborales dentro del mundo económico y social.
Pero el hecho de ser nómada (no nómada digital), ser nómada literalmente, pasar rodando por el mundo aquí y allá, es un hecho que se vive desde que el humano existe en este mundo. Seguramente en los inicios de la humanidad con el prematuro descubrimiento de la identificación, de la conciencia, de la identidad y de todo lo que conlleva ser seres pensantes, el ser nómada era un tanto difícil porque se recorrían terrenos, extensos terrenos sin ciudades, sin pueblos, sin habitantes; terrenos hostiles que requerían ser adecuados o simplemente adecuarse a estos para sobrevivir el invierno, el verano, el juego presa/depredador o cualquier otro motivo que existiese en aquellos tiempos.
En la actualidad la ruta del nómada sigue siendo un tanto difícil, entre toda la documentación requerida, las fronteras, los paradigmas, los prejuicios, las religiones, las políticas, los pensamientos y un sinfín de requisitos más. Rodar de un sitio a otro, estando aquí o allá implica dejar un rastro donde estuvimos, llegar a un nuevo sitio implica empezar de nuevo, de cero, es intentar una y otra vez, y se torna cuesta arriba. Y no existe herramienta digital que mitigue esa dificultad, por muchos perfiles que en redes sociales tengamos registrados en Internet, eso no vale de nada. Encima de todo eso sigue prevaleciendo esas “normas” listadas al inicio de este párrafo.
