Venimos y seguimos
La vida de una persona es tan valiosa como el total de vidas que habitan este mundo.
Cuando observamos el ocaso o rozamos un sentimiento de nostalgia, de melancolía, o cuando pensamos que estamos cerca de nuestro propio ocaso, nuestros razonamientos se vuelven sentimientos y viceversa, todo se conjuga en algo parecido a un nudo en la garganta, no sabemos si todo lo que pasó fue real o fue un sueño, no sabemos si lo que estamos viviendo es real o un sueño y el futuro no sabemos si vendrá o lo soñaremos.
En momentos de crisis cuando un clima irregular afecta nuestro sentir, cuando nuestra calma se altera y cuando entramos en un escenario ajeno a nuestra vida cotidiana, se despiertan las raíces de nuestro ser, afloran todas esas verdades que el estrés expulsa como sustancia infecciosa para nuestra conducta.
Vemos de qué estamos hechos, cuánto podemos separarnos o cuánto podemos unirnos. Vemos realmente el aquí y ahora, presenciamos la cara oculta de nuestra propia luna. Las películas son simple ficción, la realidad es una maestra que nos enseña que estamos y no estamos, pasamos y seguimos, venimos y nos vamos.